La Llegada al Castillo Encantado
En la niebla tenebrosa que envolvía la ruta, un grupo de navegantes se dirigió hacia el castillo encantado, una leyenda que hablaba de un lugar donde solo aquellos que demostraban ser verdaderamente fuertes y audaces podían acceder. La historia del castillo decía que era un lugar donde se jugaba la vida de cada uno de sus visitantes, y que solo aquella persona que superara el acertijo podría escapar con su vida.
El Acertijo: La Casa de los Espejos
Cuando llegaron al castillo, su interior les pareció extraño. En lugar de paredes de piedra, encontraron un laberinto de espejos que parecían reflejar de manera infinita. El suelo estaba rodeado de un foso profundo, que amenazaba con tragar a cualquiera que se aproximara a él. Por un pasillo estrecho y largo se accedía a la salita en cuestión.
La habitación era pequeña y cúbica, con cuatro paredes cubiertas de espejos. En el centro de la habitación, había un cuadro pequeño que parecía un simple cuadro. El cuadro contenía un dibujo de un niño llorando. Si la persona parpadeaba, la imagen en el cuadro se transformaba en la que de un individuo adulto.
La solución al acertijo consistía en comprender la relación del cuadro con el niño. Los dos individuos representados en el cuadro, siempre mostraban lágrimas. Pero ¿solo en una mirada?
Con la respuesta que hemos encontrado, ¿estás listo para resolver el siguiente paso del acertijo:
- Esta solución era demasiado fácil, ¿o no?
- ¿Por qué la imagen del niño parpadeaba hacia la derecha, cuando el individuo adulto, hacia la izquierda?
- Cuándo miras el niño hacia tu izquierda, puedes asumir que el cuadro que inicialmente està presente es el referido por el niño?
El cuadro de un niño es el que correctamente mostraba lágrimas desde que has empezado la solución hasta el final.
La respuesta: La Casa de los Espejos
Además, en la última página del cuadro, aparecía un mensaje, una simple frase que decía: «La vida no es solo cambiar la vida de las personas, sino tratar de hacerlos cambiar la vida de lo contrario». Esta frase parecía una simple verdad, pero que de repente encontró nuevos significados en la historia.
La respuesta la encontramos de la siguiente manera:
– Podernos vernos en este cuadro.
– Podremos ver los espejos también reflejando la persona que miramos estos espejos.
– Quien se mirara de esta manera no parpadearía al hacer ambas cosas si siempre asumimos que está hablando sobre la respuesta al juego del castillo. Habría dos cálculos hechos con cada parpadeo, entonces la secuencia sería <1, 2, 4>, la respuesta correcta, justificada con los espejos en el castillo.
Cuando llegas a la habitación circular al final del castillo, encontrarás una simple pregunta en el centro de la habitación. «¿Te has dado cuenta de que no has logrado escapar todavía?».